Desde hace años, en las escuelas de marketing y de negocios, se nos insistía en la necesidad de identificar el Target de nuestra marca antes de hacer ningún otro movimiento. Esa premisa, aún valida hoy, va perdiendo fuerza con la inclusión del dato, o «la data». Pero, ¿qué significa este término que tan de moda está? Yo siempre lo resumo en una sola palabra: conocimiento.
Llegar al dato, recopilarlo por medio de fuentes fiables, almacenarlo, y transformarlo en conocimiento aplicable a las ventas, es la tan mencionada transformación digital, y el sueño de muchos grandes CMOS de las principales compañías. Es la nueva forma de realizar marketing digital realmente efectivo.
Pero no es algo tan simple como lo sintetizado en estas líneas, detrás hay un proceso de dotación de equipos y recursos, de planificación, y de estrategia que, no sólo es muy costoso, también es difícil.
Según el último estudio publicado por el prestigioso Instituto de Empresa de Madrid, el 60% de las compañías españolas no tienen en su hoja de ruta la aplicación del Big Data para el desarrollo de sus capacidades comerciales.
Pero el vaso medio lleno, nos indica que el 40% está en ello. Y no, no es el futuro. Tampoco es el presente. Es imperativo. Porque en un mundo tan fragmentado como el que tenemos hoy, se hace necesario estructurar la información para saber más, y ser más eficientes y certeros en nuestra estrategia.
Por ello, analizar el dato es ir más allá del Target. Se acabó el clasificar a las personas en grupos más o menos homogéneos. El dato nos permite conocer al individuo uno a uno y ser consecuentes con él.
Todos recordamos una de las campañas publicitarias más exitosas recientes (dejemos a un lado nuestros gustos personales). Me refiero al «Claro que sí guapi» que catapultó a Wallapop y encasilló a su protagonista. Un éxito así ya no es casual. Es dato (o data). El profundo análisis de las conversaciones de la aplicación, reveló que los dos términos que más utilizaban sus usuarios (as) eran «claro» y «guapi». El resto es historia.
Así que si queremos empezar a ser eficaces, debemos empezar por analizar. Tal vez así superemos el clásico Target y empecemos a conocer, de verdad, a nuestros clientes.